Análisis de Oxenfree II: Lost Signals – Todo lo que quería ser Oxenfree y nunca llegó a ser

A veces, para triunfar a corto plazo sólo es necesario parecer novedoso. Dar la sensación de que estamos haciendo algo rompedor, nunca antes visto, o al menos, que rompe con las estructuras convencionales y que va un paso más allá de lo que es de esperar en el medio. Por desgracia, para persistir hace falta no sólo parecer novedoso, sino también serlo; parecerlo nos puede dar esa ventaja en el tiempo, impresionar a parte del público, quizás a parte de la prensa y los desarrolladores, pero cara al futuro, nadie tomará nota de lo que hemos hecho. Nuestra influencia, lo que dejamos atrás, será tan vápida como nuestra capacidad para ir más allá las sombras de una idea.

A Oxenfree, juego de Night School Studio publicado enero de 2016 al que su novedad le valió aparecer en todas las plataformas donde se jueguen videojuegos, le pesa precisamente esta ambición que se queda en una apariencia más que en una realidad. Con una estética heredera de CalArts, una banda sonora de scntfc que acompaña a la mezcla de ciencia ficción, terror y coming of age, y una escritura ambiciosa, Oxenfree lo tenía todo para triunfar. Era bonito, hablaba de temas importantes, tenía escenas duras que nunca llegaban a ser crudas y algunas de sus mecánicas se sentían extremadamente novedosas y diferentes, incluso si no lo eran tanto.

Su problema es que sus virtudes también eran, hasta cierto punto, superficiales. Su departamento artístico y musical era bueno, pero no excepcional. Su narrativa era endeble, con buenas ideas, pero con un desarrollo previsible y no muy bien llevado. Y, por desgracia, sus mecánicas acababan haciéndose excesivamente repetitivas y simplonas. Todo esto no evitaba que fuese un buen juego, pero que sí ha hecho que no sea el juego excepcional que invitaba a pensar que sería su precioso envoltorio.

Leer más

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *