Madre mía, menudo cambio. Sé que han pasado unos cuantos años desde que jugué al brillante King’s Bounty: The Legend (más de una década, para ser exactos), reuniendo extrañas bestias fantásticas para formar mi imparable ejército, pero no esperaba que la secuela fuese tan diferente. King’s Bounty 2 es una auténtica evolución para la saga, una que en su momento inspiró a Heroes of Might and Magic. Y madre mía si se ve distinto.
Di adiós, por ejemplo, a la antigua perspectiva. Ahora ya no ves a tu héroe desde arriba, sino que lo sigues por encima del hombro, como si estuvieses jugando a un juego de rol en tercera persona. Puede parecer una nimiedad, pero esto te permite ver un mundo familiar de una forma totalmente nueva. Ese mundo, de repente, gana altura y sensación de escala, y también puedes adentrarte en los edificios, algo que antes no era posible. ¡Y hay un horizonte! Esto suena ridículo, pero de verdad que es un detalle simple que refuerza mucho la sensación de estar inmerso en un gran mundo de fantasía. Todo esto, además, se representa con muchísimo detalle: los pueblos medievales están bañados por la luz del sol, con exuberantes verdes, coloristas flores y las montañas nevadas en la distancia.
Más importante es que ahora puedes caminar hacia los personajes y hablar con ellos. Hay escenas cinemáticas para los diálogos, doblaje con actores de voz, elecciones y consecuencias. Y con esta nueva presentación de RPG también se refuerzan los elementos de rol del juego, claro. Hay toda una nueva historia sobre un peligro que debes aplacar, pero la parte más interesante es el cómo. Y ese cómo se determina en función del Ideal con el que estés alineado. Hay cuatro Ideales – Orden, Anarquía, Poder y Delicadeza – y todo en el mundo del juego está alineado con ellos.