No tengo experiencia de primera mano con el esquí – como sí la tenía haciendo rutas de ciclismo cuando analicé el anterior título de Megagon Industries – pero, como mínimo, puedo decir que Lonely Mountains: Snow Riders se siente extraordinariamente realista. El título trabaja de una manera muy concreta, muy meticulosa, todas las sensaciones de la experiencia de descubrir, bajar y, en última instancia, terminar una pista. Desde el sonido de la nieve bajo los esquís hasta el tacto, la resistencia (o no) de cada terreno a la hora de deslizarnos. El hielo resbaladizo, las partes del suelo por las que ya hemos pasado haciéndonos ir un poco más rápido. Siendo un juego con una estética cartoon y más bien romantizada, que el juego no escatime nunca en detalles que nos pongan en situación nos hace entrar de lleno en la propuesta. En la vida real, no sabría ni siquiera cómo ponerme unos esquís; en el mundo del juego, podría daros clases magistrales.