Las largas tardes de verano de mi infancia estaban llenas de actividades. Leer, dar vueltas en bicicleta, jugar al fútbol, al frontenis o hacer el zángano en la piscina ocupaban un tiempo que a día de hoy recuerdo inagotable y que teníamos que llenar hasta que nos llamaran para ir a cenar. Al margen de todas ellas, había una que me encantaba y que tiene mucho que ver con el juego que vamos a tratar hoy: las carreras de coches de miniatura. Para organizar un evento de semejante envergadura solo necesitábamos un suelo rico en tierra y gravilla – nada de césped, demasiada obra pública -, un coche por participante y un voluntarioso diseñador de circuitos que trazara poco a poco el recorrido poniendo su pie de lado. Completada la construcción, comenzaba una competición en la que, a base de impulsos por turnos, los pilotos conseguían que sus coches preferidos realizaran increíbles adelantamientos, colisiones letales y, sobre todo, unos derrapes imposibles.
De esos derrapes, coches que resisten impávidos cualquier colisión y muchas otras virtudes está repleto hasta los topes Absolute Drift, un videojuego que ya hizo su debut en PC, Playstation 4 y Xbox One hace unos años y cuya Zen Edition aterriza ahora en Switch para que hagamos sufrir nuestra suspensión en cada curva.
Desarrollado originalmente por Funselektor y porteado a la consola híbrida de Nintendo por Seaven Studio, Absolute Drift es un título que, en primera instancia llama la atención por su inconfundible y elaboradísima estética. Construido sobre el motor Unity, un exquisito minimalismo low-poly es el eje de un diseño que opta por emplear una reducida gama de colores y formas que resaltarán los elementos clave de su entramado jugable. Así, sus circuitos y driftkhanas – sí, se llaman así – se alejan del arquetípico «gris asfalto» para optar por un suave color crema que no hará sino acentuar la presencia de unos coches más cercanos a los Hot Wheels que a Gran Turismo, el rojo de los elementos que nos darán los ansiados puntos o el negro que dejarán atrás nuestros neumáticos al derrapar. El agudo chirrido que surgirá de esos drifts competirá, a su vez, con una banda sonora que contará con un amplísimo repertorio de temas y estilos. Drum ´n bass, electrónica y synthwave ambientarán a la perfección el impoluto mundo de Absolute Drift, que solo se verá perturbado por la colorista aparición de nuestro coche, los constantes rugidos de su motor y el agónico sonido de una goma que se resistirá a quedarse marcada en el asfalto. Y mientras tiene lugar esa sinfonía automovilística, delicados sonidos se elevarán sobre ella dando un elegante contrapunto cuando consigamos nuestros objetivos, aumentemos los multiplicadores o derrapemos cerca de un poste que nos regale una buena puntuación.