
Pocos videojuegos se atreven a arriesgar. A probar fórmulas nuevas, acercamientos diferentes, ideas que se sientan frescas. Los pocos que lo intentan, además, fracasan por la falta de medios, ambición o por no atreverse a ir hasta el final, quedándose a medio camino entre lo mediocre y lo novedoso. Pero los juegos que no solo se atreven, sino que tienen los recursos y las bases como para hacer algo donde esos riesgos puedan presentar recompensas son, precisamente, los juegos que recordamos. Y si algo es innegable es que Scarlet Nexus hace precisamente eso: afianzar su base en una estructura que en Bandai Namco conocen bien para arriesgarse con interesantes giros de tuerca.
De hecho, Scarlet Nexus nos pone en situación lo más rápido posible. Tras la cinemática de entrada, un opening anime que nos presenta a los personajes y la ambientación con una excelente canción de The Oral Cigarettes, tenemos que tomar la primera y más importante decisión del juego: elegir con cual de los dos personajes jugables viviremos esta aventura, Yuito Sumeragi o Kasane Randall. Con una particularidad: no cuentan dos historias diferentes, pero tampoco cuentan exactamente la misma historia; cada uno cuenta su propia perspectiva de la misma historia.
Eso es lo que cambia, en términos narrativos, nuestra selección de personaje. Con una evidente impronta estética e ideológica de Neon Genesis Evangelion – Yuito nos recuerda a Shinji Ikari, Kasane a Rei Ayanami, la historia y sus ideas no se alejan tampoco mucho de aquella -, lo que cambia en términos narrativos entre ambos son los personajes y los detalles a los que tenemos acceso. Cada uno tiene su equipo y sus circunstancias y, si bien están siempre en los mismos lugares, cruzándose constantemente y compartiendo información, hay muchas cosas que solo experimentan en primera persona uno de ellos, lo cual significa que lo que para uno es un giro de guión significativo para el otro puede ser aún un misterio, ya que sus historias siempre terminan convergiendo, pero no siempre lo hacen al mismo tiempo.