La trayectoria de CyberConnect2 está unida de forma irremediable al manga y anime, ya sea por sus numerosas incursiones en el universo de Naruto, por proyectos transmedia como la saga .hack o por juegos que beben directamente de su lenguaje, como Asura’s Wrath. Terminar cruzándose en su camino con Dragon Ball parecía su destino inevitable, y el anuncio de Kakarot tenía menos de sorpresa que de constatación de que era el estudio perfecto para recrear una obra tan implantada en el imaginario colectivo.
Dragon Ball Z: Kakarot recoge el argumento de la obra de Akira Toriyama desde el encuentro con Raditz hasta el final de la Saga de Buu, desarrollándola entre cinemáticas, exploración de su mundo semi-abierto y combates para que la experimentemos como si fuese la primera vez. CyberConnect 2 ya puso de manifiesto en los Naruto Ultimate Ninja Storm su habilidad para resumir historias conocidas manteniendo coherencia y ritmo, logrando ser hasta cierto punto autosuficientes y no depender en exclusiva del material original para la narración, algo que logra replicar una vez más con Dragon Ball Z.
Kakarot no recoge 1:1 cada suceso del manga y anime (de hecho realiza pequeños cambios y no es complicado detectar omisiones), pero tampoco quiere apresurarse, prefiere estar seguro de que pasamos suficiente tiempo con los personajes y dar el impacto dramático adecuado a las escenas más intensas. Ese es el mayor logro del juego: consigue que nos enfademos con los villanos, sacarnos lagrimitas con las muertes y replicar las imágenes que deben quedarse en nuestra retina. Diría que donde menos funciona como entidad independiente es en el tramo inicial, donde sí hace falta algo de conocimiento previo de la Dragon Ball original, pero por lo demás es una adaptación tan bien realizada que creo sinceramente que serviría incluso como primer acercamiento a Dragon Ball Z.