Hacer avances es, en el mejor de los casos, un asunto algo peliagudo. Por H, por B o por C, muchas veces se queda uno con ganas, siendo “H” las de contaros más cosas, “B” las de seguir jugando o “C” una potente mezcla de ambas. No siempre es así, claro está, puesto que en alguna que otra ocasión nos dejamos seducir por las malas artes de tráilers, marketing y demás disciplinas impías para acabar jugando a unas castañas de aquí te espero. Sin embargo, en ocasiones somos presa fácil de nuestras propias filias. Cuando el Supreme Dark Overlord de Eurogamer.es – Sempere – me hace llegar un pergamino mediante sus patéticos mensajeros – me escribe por Telegram – en el que proclama que ha pedido un juego porque es muy “de tu rollo”, lo más probable es que tenga razón, porque conoce mis gustos casi mejor que yo mismo.