Algo que me gusta mucho, desde siempre, de los personajes y sagas de Nintendo es como, en un montón de ocasiones, su personalidad se construye a partir de un sólo verbo o acción. Mario es saltar, Yoshi es lanzar, Link es pelear, Kirby es comer; todo lo demás se construye alrededor de eso. Este es, en parte, el motivo por el que muchos de sus juegos son tan sencillos de entender: usamos esa acción para comunicarnos con el mundo del juego, y sus funcionalidades van aumentando en complejidad poco a poco.