Análisis de Like a Dragon Ishin – Un remake solvente pero escueto, al que le salva el carisma de la propuesta

Es uno de los trucos más viejos del manual, y quizás una de las maneras más clásicas de satisfacer a los fans, pero no por ello menos efectiva: hay pocas cosas más dulces y, en cierta medida, autocomplacientes que la idea de coger a personajes ya queridos y conocidos y trasladarlos a un contexto ligeramente diferente. Los especiales de verano de las series de televisión, los spin-offs con temáticas locas, los universos alternativos de los cómics de superhéroes o las raras ocasiones en las que la ficción nos deja asomarnos a un escenario hipotético en el que todo salió bien y fueron felices y comieron perdices. En este sentido, es difícil pensar en una ambientación alternativa del universo Yakuza – ahora Like a Dragon – que aquella que se apoya en el Japón medieval y la figura del samurái.

A pesar de que podría pasar gran parte de este análisis señalando los evidentes paralelismos – y en muchas ocasiones, relación directa – entre la tradición samurái y la creación y establecimiento del imaginario alrededor de la yakuza, estáis de suerte: Like a Dragon: Ishin! utiliza su trasfondo con fines fundamentalmente recreativos, y no tiene particular interés en convertirse en una pesada lección de historia. Su aproximación a su contexto y a su ambientación priorizan el crear situaciones curiosas o divertidas que el ser exactas a la realidad del período, y esto quiere decir que no necesitáis conocer, realmente, prácticamente ninguno de los detalles. Aún así, hay un glosario al que podremos acceder en cualquier momento desde el menú o en los propios diálogos, cuando se utilice algún término específico o se referencie a algún acontecimiento real.

Por lo demás, y en la línea general de otros títulos de la franquicia, la trama gira particularmente alrededor de una intriga detectivesca que tenemos que resolver, y que toca ciertas situaciones políticas relacionadas con los samuráis. El protagonista es nuestro querido Kiryu Kazuma, pero esta vez interpretando a Ryoma Sakamoto, hijo de un revolucionario del partido Imperialista japonés que, en los primeros compases del juego, es cae tras el ataque un hombre enmascarado que practica un estilo concreto y casi olvidado de combate. Acusado del asesinato de su figura paterna y exiliado de su región natal, Sakamoto adopta una nueva identidad y trata de desvelar la identidad del verdadero criminal. Su periplo le llevará a acabar formando parte del Shinsengumi, una fuerza de policía especial al servicio del gobierno militar – cuyos integrantes y dinámicas internas sí están basadas en hechos reales – compuesto por diferentes personajes con peculiares trasfondos e intereses morales y políticos. Los nombres sonarán a quienes sepan algo de esta organización, bien a través de la ficción o de la propia historia, pero tienen esta vez las caras de algunos viejos amigos: Goro Majima en el papel de Okita Soji, Mine Yoshitaka interpretando a Toshizo Hijikata o Taiga Saejima siendo Nagakura Shinpachi, entre otros. Entre el resto de personajes principales de la trama encontramos más caras conocidas. Para este nuevo remaster, se ha añadido, también, la presencia de algunos personajes de entregas posteriores al lanzamiento del Yakuza: Ishin original en 2014: tanto de Yakuza 0 como de Yakuza: Like a Dragon. Teniendo en cuenta que el juego en el que se basa este Like a Dragon: Ishin! nunca se localizó es difícil percibir cómo han afectado estos añadidos al conjunto de la historia, pero es verdad que algunos tienen un papel bastante relevante en la trama, así que todo apunta a que algunas secciones han sido un poco ampliadas para introducirles.

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