Análisis de Little Nightmares III – La mayor evidencia de que no estás solo

La mente es una de las herramientas más maravillosas del ser humano, ya que con ella podemos imaginar situaciones que nos hagan felices, recordando, imaginando o tomando decisiones. Llevando a que florezcan en nuestro cuerpo sensaciones evocadoras que se nos queden grabadas en la mente como si fueran un tatuaje. Como prácticamente todo lo positivo, también existe el contrapunto negativo y puede ocurrir que las manifestaciones emocionales que surgen de nuestra cabeza opriman lo inmensamente positivo que tenemos a nuestro alrededor, tornándose en sensaciones de miedo, terror o soledad. Normalmente, de hecho, las pesadillas son respuestas emocionales con los que nuestra mente aprovecha nuestro mayor momento de debilidad, cuando estamos durmiendo, para, por medio de una imaginería que parece magia oscura, representarse mediante hechos o figuras abstractas que nunca hemos vivido ni visto, generando angustia y un malestar que puede extenderse en el tiempo. En algunos casos ni siquiera es necesario estar durmiendo para vivir pesadillas que deriven en un desasosiego continuo, porque situaciones o experiencias traumáticas pueden culminar en daños difícilmente reparables, acarreando que estas personas se aíslen y se refugien en sí mismas, con el riesgo que conlleva el hecho de sostenerse en una sola mente. Ya sabemos que cuando se rompe un espejo, nunca vuelve a quedar igual, aunque siga siendo precioso incluso con sus marcas.

Leer más

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *