Curse of the Dead Gods es uno de esos juegos que te deja claro desde un primer momento que su interés está en las mecánicas. Lo más cercano a una historia es la muda cinemática en la que nuestro protagonista se adentra en un templo maya con tan solo una antorcha, una espada y una pistola. Unos segundos después una enorme piedra bloquea el acceso, dejándole atrapado sin remedio en un bucle de habitaciones repletas de enemigos y trampas.
El juego recoge elementos de varios juegos conocidos, con bastante buen acierto en casi todo momento. La base de RPG de acción o hack and slash recuerda mucho a Hades y encontramos rastros de otros roguelike como Slay the Spire en su estructura, pero logra salvar algunas comparaciones al darle gran importancia a su combate y diferenciarse con la mecánica de las maldiciones.
Empezamos con un arma principal a una mano y una pistola en la mano zurda, que sirve tanto para disparar como para cerrar los combos con un golpe especial, y podemos añadir durante la partida un arma a dos manos que sacrifica velocidad a cambio de fuerza. Hay varios tipos de arma que se controlan distinto: el combo del arma principal es más largo en las cuchillas más ligeras, la pistola se puede sustituir por un escudo que nos permite empujar a los enemigos, todas ellas pueden tener modificaciones como fuego o veneno…