Me suelo jactar, y no sin motivo, de que en Eurogamer nos gustan tanto las premisas que incitan a la sopesada reflexión como los conceptos bien pasados de rosca. No en vano, en esta santa casa se venera por igual al tramo final de Metal Gear Solid 2 y a uno de los mejores pilotos de la historia de la aviación moderna, Spanky. Por tanto, es normal que, con estos antecedentes, no hayamos dudado lo más mínimo sobre si probar una reimaginación de Pac-Man como metroidvania.