Avance de Wo Long: Fallen Dynasty

Desde que Dark Souls se convirtiera en un fenómeno de culto, quien más quien menos ha intentado replicar el éxito de su fórmula. Normalmente, con éxito desigual; aunque en From Software han sabido llevarla al mundo abierto (Elden Ring), hacia terrenos más rápidos y viscerales (Bloodborne) y al campo de la verticalidad, el sigilo y la precisión extrema (Sekiro: Shadows Die Twice), a todos sus competidores se les parece escapar lo que hace único a los juegos de From Software, aquello que hace que los Souls se sientan especiales, un reto y un misterio, pero nunca injustos, absurdos o arbitrarios, como acaban sintiéndose la prácticamente totalidad de los títulos que intentan replicar su fórmula.

Al anunciar Wo Long: Fallen Dinasty, lo lógico era pensar que el Team Ninja tenía entre manos otro soulslike. Otro intento de imitar la elusiva gloria de From Software. Lo cierto es que venían de hacer dos Nioh, dirigidos por Fumihiko Yasuda, que también dirige este proyecto. Y siendo que entre sus nuevas incorporaciones se sumaba como productor Masaaki Yamagiwa, conocido por su trabajo en Tokyo Jungle y Bloodborne, parecía evidente que este sería otro intento de dar su propia vuelta de tuerca al concepto soulslike, Algo que podríamos discutir largo y tendido si, hasta el momento, habían conseguido hacer satisfactoriamente.

Pero esa es la cuestión. Wo Long: Fallen Dinasty no es Nioh 3. Ni siquiera es Nioh Sekiro. Para empezar, su ambientación es completamente diferente. Situado en una versión oscura, repleta de dioses y demonios, de El Romance de los Tres Reinos, es una versión xianxia de la clásica novela china; es decir, aquí hay poderes imposibles movidos por las fuerzas del tao, monstruos inimaginables provenientes de la mitología asiática y un ambiente de alta fantasía china que resulta tan exótico como fascinante. Y si bien eso ya hace que difiera notablemente de todo lo que ha hecho hasta ahora el Team Ninja, eso no significa que no beba explícitamente de sus trabajos anteriores de una manera que no lo hace, necesariamente ya, de como lo hacía antes de los trabajos de From Software. O no de los que cabría esperar.

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