Análisis de Bomb Rush Cyberfunk – Construir el futuro mirando al pasado

La carrera por sumarse al carro de los gráficos 3D a mediados de los noventa dejó un reguero de títulos con una dirección de arte que han soportado fatal el paso del tiempo, pero para cuando la Dreamcast llegó al mercado (1998 en Japón, un año después en Europa y Norteamérica) empezaban a verse títulos que no simplemente habían entendido cómo sacar partido a la tridimensionalidad, sino que se permitían experimentar con nuevos estilos. Pocos juegos de aquella época han envejecido tan bien como Jet Set Radio, un juego de SEGA que además de combinar patinaje y grafitis ayudó a introducir ‘cel-shading’ en nuestro vocabulario. Una irresistible combinación de personajes carismáticos, estilo a patadas y una banda sonora funk y hip-hop que sigue contándose entre las mejores de este medio fue suficiente para asegurarle una secuela (JSR Future para Xbox en 2002), pero han pasado más de veinte años sin una nueva entrega con la que contentar a los fans que aún quedamos. Al menos de manera oficial, ya que el estudio Team Reptile se ha atrevido en 2023 a brindarnos su propia secuela en todo excepto en el nombre.

Bomb Rush Cyberfunk nos traslada a New Amsterdam, una ciudad donde las bandas de grafiteros se enfrentan por el control de las calles con la oposición de la policía. Nuestro protagonista es un conocido grafitero que logra escapar de la comisaría tras ser detenido, pero la alegría no le dura mucho; un misterioso DJ le corta la cabeza durante su huída. Dicha cabeza desaparece, pero la banda Bomb Rush Crew se encarga de cuidar del cuerpo, ahora con una cabeza robótica que introduce una nueva personalidad dispuesta a pelear por el control de la ciudad a base de patinar y pintar grafitis en territorio rival.

Para lograr conquistar territorios debemos repetir una estructura básica: llegamos a una nueva zona, descubrimos a una banda rival, garabateamos encima de sus grafitis para llamar la atención de sus miembros, nos batimos en duelo con cada uno de ellos (las pruebas van desde carreras hasta copiar trucos de patinaje) y finalmente logramos forzar un enfrentamiento entre bandas. Tras haber pasado un buen rato explorando a fondo el escenario de la banda, tenemos que obtener mejor puntuación en dos minutos que los rivales para demostrar nuestra superioridad.

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