Forza Horizon 5, desde luego, no toma atajos. A los pocos segundos, nada más empezar la partida, te suelta desde un avión en un Ford Bronco sobre la cima de una montaña nevada con un volcán en erupción, para a continuación pedirte que corras ladera abajo a toda velocidad. Acto seguido, todavía sin haber podido recuperar la respiración tras ver el enorme mapa a la lejanía, saltas al volante de un Chevrolet Corvette C8 Stingray que serpentea por una carretera de montaña hasta alcanzar una imponente tormenta de arena que tiñe de naranja la pantalla mientras la visibilidad se reduce al mínimo. Pienso, durante un breve instante, en una secuencia muy concreta de Mad Max Fury Road, pero no hay mucho tiempo para ensoñaciones: otro salto al vacío, en esta ocasión con el mítico Porsche 964 Desert Flyer batallando en la jungla con el fango y los charcos. Y para cerrar la introducción y entrar por todo lo alto en el festival Horizon, que en esta ocasión se traslada a México, piso el acelerador a fondo por una carretera por el desierto en el impresionante Mercedes AMG Project One.
Todo esto ocurre en un lapso de pocos minutos, pero es una auténtica declaración de intenciones por parte de Playground Games, un estudio británico que, me atrevería a decir, es ahora mismo el más en forma dentro de Xbox Games Studios. Una declaración que sin duda funciona con la precisión de un reloj suizo como testamento de esa inmediatez y espectacularidad que siempre ha caracterizado a este spin-off arcade de Forza y como aperitivo de todo un portento audiovisual, aunque también como una perfecta carta de presentación del gran protagonista de esta nueva entrega. Pero a eso volveremos más tarde.