Si algo ha dejado claro el estreno de Cyberpunk 2077 es que la gestión de las expectativas basándonos en el marketing sigue siendo una asignatura pendiente que tenemos en el sector del videojuego. Durante los últimos meses he seguido con mucha atención la campaña de promoción de The Medium, un título que me ha despertado gran interés por los vínculos que ha trazado con Silent Hill y con otros clásicos del terror, pero incluso cuando los tráilers con gameplay enseñaban algo distinto trataba de convencerme de que sería ese sucesor espiritual que tantos esperábamos. Una vez en mis manos he encontrado que efectivamente bebe de estas influencias pero busca otro camino, acertando en algunas de sus decisiones pero también dejando de lado aspectos clave del género al que referencia.
The Medium se ambienta en el año 1999 en Polonia y sigue a Marianne, una joven con el poder de hablar e interactuar con espíritus. Tras el fallecimiento de su padre adoptivo recibe una llamada telefónica en la que el interlocutor asegura conocer el secreto de Marianne y le pide que acuda al Hotel Niwa. Esta enorme instalación construida durante los años de la República Popular fue clausurada por un misterioso suceso que disparó toda clase de rumorología, así que Marianne acude a Niwa sin saber lo que esconde el lugar.
La protagonista pasa gran parte de su tiempo anclada en la realidad, investigando los entornos ruinosos de Niwa en busca de pistas sobre lo que ocurrió allí hace unas décadas. En un primer momento podemos aprovechar sus habilidades para percibir rastros de pisadas u objetos ocultos en el escenario (una pista clave dentro de un cajón, por ejemplo). Cuando su poder de médium se manifiesta por completo la pantalla se divide en dos partes para representar el mundo real y el espiritual al mismo tiempo, todo un prodigio técnico que sigue sorprendiendo en cada ocasión que se produce.