Avance de Neo: The World Ends With You

The World Ends with You se publicó en 2007 (acabo de revisarlo), pero sigue pareciendo un poco del futuro. O puede que parezca un futuro. Era un RPG de acción de Square Enix diseñado a la perfección en torno a la Nintendo DS, usando un montón de las maravillosamente extrañas funcionalidades de la maravillosamente extraña consola. Pulsabas en la pantalla para moverte por el escenario y los menús, claro, pero a la hora de combatir controlabas a diferentes personajes en diferentes pantallas, peleándote con varios métodos de control mientras la acción saltaba de un lado a otro entre aliados. Incluso cuando no estabas combatiendo, el juego era inusual: un RPG ambientado en la Shibuya moderna, con un plantel de adolescentes a la moda que se veían inmersos en un juego mortal. Cada día un nuevo problema: sigue pistas, resuelve puzles y lucha contra monstruos si quieres mantenerte con vida. Las personas que te daban las misiones llevaban sudaderas. Tus ataques dependían de unos pines que recogías. La información vital te llegaba en forma de mensaje de texto a tu teléfono. Podías leer las mentes de la gente que pasaba por ahí, descubriendo un mundo de enamoramientos y preocupaciones diarias.

Era un juego que en su momento era imposible de imaginar en algo que no fuera DS, pero estamos hablando de Square Enix, por supuesto, así que después llegaron ports para dispositivos móviles y para Switch, perdiendo la segunda pantalla y un poco de su extraña magia. Ahora el juego tiene una secuela llamada Neo: The World Ends With You, que llegará a la consola híbrida de Nintendo y a PlayStation 4 en julio, y a la Epic Games Store más adelante este mismo verano. No hay segunda pantalla, ¿pero se ha recuperado la magia?

Basándonos en una partida de noventa minutos de los dos primeros niveles o días del juego, las cosas parecen ir bastante bien. La mayor sorpresa es probablemente el giro al 3D auténtico: a medida que exploras Shibuya los rascacielos se alzan sobre ti y puedes moverte por sus vestíbulos, subiendo escaleras y descubriendo callejones. No puedes rotar la cámara con el stick derecho, pero la colocación del nómada punto de vista es inteligente y cinemático. Se ha pensado mucho en la presentación de cada área, ya sea con un plano bajo y amplio que te sigue por el conocido cruce de Shibuya o la vista lateral de Dogenzaka en la que apareces enmarcado desde la distancia.

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