Sony ha explicado a sus inversores que un tercio del dinero gastado la compra de Bungie se destinará a mantener a los actuales trabajadores de la compañía.
Alrededor de 1.200 millones de dólares (de un total de 3.600 millones) se usarán para pagar a los empleados que poseen acciones de la empresa, junto con otros incentivos e inversiones para garantizar que estos se quedan en la compañía norteamericana una vez se haga efectiva la compra y esta pase a formar parte de Sony Interactive Entertainment.