Persiguiendo la Tormenta Isaias en Flight Simulator

A veces está bien hablar simplemente del tiempo. Durante los últimos dos días un amigo me ha estado comentando, a través de uno de los grupos de WhatsApp que me han mantenido cuerdo estos últimos meses, la tormenta tropical que está azotando la parte del mundo en la que vive. La Tormenta Isaias alcanzó las Carolinas a principios de esta semana, antes de abrirse paso por Virginia, Nueva Jersey y la costa este de Estados Unidos. Es un fenómeno feroz, que ha dejado a millones de personas sin electricidad – a mi amigo, que vive en Connecticut, lo dejó a oscuras – y, lo peor de todo, que se ha cobrado unas cuantas vidas con su violencia. Uno siente curiosidad por ver cómo es de cerca algo así, con lo cual hice lo propio desde la seguridad de mi casa a través del nuevo Microsoft Flight Simulator.

La climatología en tiempo real – o lo más cercana a ello que resulte razonable – es aquí la característica clave, con datos que se extraen del servicio Meteoblue, donde se combina la observación pura y dura con complejas predicciones para obtener unos resultados lo más precisos posibles. No soy meteorólogo, con lo cual no puedo certificar su autenticidad, y me temo que mi metodología a la hora de explorar su precisión no es particularmente científica. Lo que sí puedo decir es que cuando comprobé el progreso de Isaias en la aplicación de visualización meteorológica para móviles Windy y lo comparé con lo que veía en Microsoft Flight Simulator, era tan parecido que no me molestó la diferencia.

Lo primero que hice fue despegar desde el Aeropuerto Internacional de Richmond, dirigiéndome hacia el norte para alcanzar la cola de Isaias. Y es, como te puedes imaginar, totalmente miserable, casi sin visibilidad. Sigo siendo relativamente novato con este tipo de simulador de vuelo, así que aunque debería ceñirme a los instrumentos y las reglas de vuelo, usando para guiarme la intrincada variedad de diales y software del panel, lo que hice fue simplemente ir directo hacia las tinieblas para comprobar qué se siente al volar en condiciones tan extremas.

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