En la sesión de presentación de Marvel’s Guardians of the Galaxy pudimos jugar, de forma libre, a alrededor de tres horas del juego. La misión que se nos propuso arrancaba in media res, y nos presentaba a los personajes en su nave espacial, viajando hacia el cuartel del Cuerpo Nova para pagar una multa. Al llegar allí, sin embargo, se encontraban con que el edificio estaba desierto, y teníamos que investigar lo allí sucedido.
Como ya sabíamos, el personaje principal que controlaremos durante la partida será Star-Lord, equipado con dos pistolas y distintos tipos de munición que, entendemos, iremos desbloqueando conforme avancemos. De momento, teníamos la munición normal y una munición de hielo que nos permitía congelar a los enemigos y también algunos elementos del mapa para resolver puzzles. Aunque las comparaciones son odiosas, cabe señalar que, dentro de las adaptaciones de superhéroes al videojuego, la aproximación de este título es mucho más similar a Marvel’s Spider-Man que a Marvel’s Avengers. Es decir: el combate, aunque existe – y es razonablemente exigente – es menos importante que la historia que se nos cuenta y las relaciones entre los personajes.
Conforme fuimos explorando la base resolvimos algunos pequeños puzzles, la verdad, bastante sencillos: puertas atascadas que teníamos que hackear o romper, paneles de control que activaban entradas selladas y demás elementos del estilo. Más interesante que eso era la manera en la que las conversaciones con los personajes se integraban en los segmentos de exploración. Los personajes comentan y hacen chascarrillos sobre el entorno y la situación constantemente, pero el instante que despertó mi interés genuino sobre el juego fue un pequeño detalle. En un momento determinado, Star Lord le pide a Rocket que hackee una puerta para poder seguir adelante, explorando la estación espacial y descubriendo qué ha sucedido allí. A Rocket le parece mala idea, y se niega a hacerlo. Entonces, si desplegamos el menú de acciones, podemos hablar con el resto de miembros del grupo para ver qué opinan al respecto. Groot y Drax se muestran neutrales, quizás un tanto parciales a la opción de Rocket de coger las cosas y marcharse; pero, al final, hablamos con Gamora y ella consigue convencer al mapache para que nos eche una mano. No es una dinámica complejísima, pero sí da la sensación de ser muy genuina: naturalmente este grupo de superhéroes, mucho menos altruistas y más macarras que la mayoría, tendría algunas rencillas a la hora de resolver situaciones.