Análisis de Doom Eternal

1986. Se estrena una pequeña joya de la filmografía de Martin Scorsese como es El color del dinero. Una película menor dentro de una larga lista de películas dominada por mafiosos, vendettas y violencia, pero una joya al fin y al cabo. En sus dos horas de metraje, nos cuenta la historia de un atolondrado pero talentoso jugador de billar y de un viejo pool shark que reconoce su potencial y decide enseñarle todo lo que sabe. Es una película fantástica, llena de carisma y con unas interpretaciones soberbias por parte de Paul Newman y Tom Cruise, pero en medio de todo esto hay un momento crucial para la historia del videojuego: en una sala de billar donde las apuestas no dejan de cambiar de manos, un jugador le pregunta a Cruise qué lleva en ese maletín forrado de terciopelo azul que está tan a la vista. Cruise pasa sus manos delicadamente por encima de él, levanta su vista sabiendo que la presa ha picado el anzuelo y con la sonrisa más descarada del mundo muestra un taco lujosamente ornamentado y le contesta «In here? Doom.» Scorsese no sabía la que estaba liando cuando dio el visto bueno a la toma, pero la realidad es que en ese momento dio el título al padre de todos los FPS, la obra cumbre de id Software.

Lo que no quita para que hasta hace bien poco, la saga languideciera en el inconsciente colectivo como una suerte de vaca sagrada que había establecido muchísimas convenciones en el género y nos había dado infinitas horas de diversión, pero cuyo tiempo había pasado y estaba ahí. No sabíamos cómo, pero esperábamos su pronta mejoría.

Afortunadamente para nosotros, el Doom Slayer no es solo un personaje. Es una fuerza indómita que no puede ser contenida y, como tal, terminó abriéndose paso para que DOOM (2016) viera la luz y la saga volviera para reclamar el lugar que se merecía en el panteón de los juegos de disparos. Todo esto no son más que los antecedentes para que os preparéis para el Vulgar Despliegue de Poder que es DOOM ETERNAL. Así, con gloriosas mayúsculas. El Doom Slayer ha vuelto, y que se prepare todo aquel que se interponga en su camino porque si pensábamos que en su anterior encarnación era una bestia parda, ahora es la pesadilla que hace que los demonios miren debajo de su cama por las noches.

Leer más…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *