Análisis de Aliens: Fireteam Elite – Un shooter sin alardes pero con gran respeto a la obra maestra de James Cameron

En el mundo del celuloide hay opiniones de todos los colores y sabores. A unos les gusta más la primera entrega de El Padrino y a otros la segunda. Algunos prefieren la contundencia del cine de artes marciales y otros se decantan por la milimétrica construcción de un buen procedural. Sin embargo, hay ciertos consensos que nos dimos entre todos y que se transmitirán de generación en generación. Entre ellos está, claro, el hecho de que Alien y Aliens son dos cumbres cinematográficas incontestables. No obstante, estos triunfos audiovisuales se aproximan al mismo mito de forma muy dispar y, además, han corrido una suerte desigual al ser adaptados al videojuego. Tras el espantoso (por atroz) Aliens: Colonial Marines y el espantoso (por terrorífico y, por tanto, fantástico) Alien: Isolation, una imaginaria balanza quedaría inclinada del lado de la primera incursión de Ridley Scott en el mundo xenomorfo. Como es lógico, la cosa no podía quedar así, máxime cuando hablamos de uno de los títulos más influyentes en la historia del videojuego, y de ahí surge este Aliens: Fireteam Elite.

Desarrollado por Cold Iron, Fireteam Elite nos pone en la piel del destacamento de Marines Coloniales asignado en la UAS Endeavor. Este batallón de culos inquietos – solo por esta traducción de «badass» ya merece la pena ver, al menos una vez, Aliens doblada al castellano – verá como la rutina de su patrulla espacial es interrumpida por una llamada de socorro del planeta LV-895. Y como no podía ser de otro modo, lo que parecía una sencilla misión de localización, rescate y extracción se transformará, en un abrir y cerrar de ojos, en un festival de tiros, fauces, gritos y ácido. Otro glorioso día en el Corps.

Pero antes de agarrar el rifle de pulsador y lanzarnos a la batalla, merece la pena detenernos un momento en el apartado audiovisual de este Fireteam Elite, porque Cold Iron demuestra, sin ningún género de dudas, un gran respeto por el material de origen. Desde un HUD que emula las ásperas pero funcionales fuentes retrofuturistas de la saga hasta unos armamentos y uniformes que son interesantes derivaciones de los vistos en la cinta de Cameron, basta con recorrer durante unos instantes la cubierta de la Endeavor para darse cuenta de que hay multitud de detalles que bien podrían haber formado parte de la gloriosa Aliens como los Marines sintéticos de la Seegson o la pelota de baloncesto de la Weyland-Yutani. Y todo esto sin habernos detenido un segundo en los diseños de los xenomorfos; las bestias surgidas de lo más profundo del espacio intentarán abrumarnos a base de corredores muy similares a los de Alien 3 y múltiples variantes a cada cual más interesante y poderosa y, aunque no podremos prestarles mucha atención – un poco por los flashes de nuestras armas y un poco porque estaremos preocupados de que no se nos coman -, lo cierto es que todos los Aliens están bien resueltos, con diseños amenazadores y siseos, bufidos y demás horrores sonoros acorde. Siguiendo la estela de lo visual, los efectos sonoros de este Fireteam Elite toman prestado lo más reconocible de la cinta que le sirve de inspiración. Así, el traqueteo del rifle pulsador, la premonitoria letanía del detector de movimiento o los zumbidos de los terminales al extraer o introducir datos serán fácilmente reconocibles para los fans de la saga. Ese sentimiento de familiaridad encuentra eco en una banda sonora que podría haberse conformado con extraer piezas del score de las películas y, sin embargo, conforma un listado de temas que emulan las composiciones de la saga y, a la vez, acrecientan las pulsaciones de unos tiroteos ya de por sí vertiginosos.

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