Análisis de Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon

No es que los videojuegos sean un medio particularmente ajeno al acto de crear spin-off locos, inesperados o enrevesados; aún así, no dejan de llamar la atención los casos en los que un estudio decide salirse de su tónica habitual para crear algo diferente, incluso si su base nos resulta familiar. Con Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon, PlatinumGames, la desarrolladora encabezada por Hideki Kamiya, decide dejar a un lado su ya emblemático estilo hack and slash para enfocarse en una aventura más relajada, más accesible y con un foco radicalmente diferente.

En una primera aproximación, Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon parece un título creado, específicamente, con los fans de las aventuras de la bruja de Umbra en mente. En el aspecto narrativo -y casi siempre también en el mecánico- el juego se plantea como una precuela, una pequeña historia de origen que nos hará entender cómo llegó la emblemática protagonista a convertirse en el personaje que conocimos en los juegos principales. El punto de partida de la historia es que Cereza, todavía una bruja en prácticas, decidirá probar su valentía adentrándose en un bosque habitado por malvadas hadas. Para salir de allí tendrá que enfrentarse a distintas pruebas y perseguir a un lobo blanco que parece albergar muchas respuestas. Aunque sí está claro que quienes conozcan la historia de antemano podrán encontrar una notable cantidad de guiños y referencias, pronto nos daremos cuenta de que el juego tiene bastante interés en resultar amigable y atractivo para quienes quizás jamás hayan jugado los títulos que dieron pie a la creación de este universo. La abundancia de opciones de accesibilidad, que nos permiten saltarnos los minijuegos de habilidad o introducir ciertas facilidades en el combate, la manera paulatina en la que se introduce cada mecánica y cada concepto y, en general, el ritmo suave del juego, lo plantean como una buena opción para aquellos jugadores con menos experiencia en los títulos de acción, o para quienes se sientan atraídos por el personaje pero no por las complejas mecánicas de la saga Bayonetta.

El precio a pagar es que, para los jugadores más experimentados, el juego arrancará un poco lento. Los primeros cuatro capítulos del juego servirán para explicarnos con mucha paciencia las mecánicas de este universo. La mayor particularidad de Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon es el manejo simultáneo, y en todo momento, de los dos personajes jugables. Con el Joy-Con izquierdo manejaremos a Cereza, que carece de habilidades ofensivas durante la mayor parte del juego pero que puede interactuar con el entorno de diferentes formas, paralizando a los enemigos, haciendo crecer las plantas o deshaciendo los embrujos creados por las hadas del bosque. Con el derecho, por otro lado, manejaremos a Cheshire, el demonio-gato que ya conocimos en Bayonetta 3 y que tendrá la mayor parte de nuestro poder de ataque, pudiendo golpear a los enemigos, interactuar con objetos pesados o destruir obstáculos que obstruyen el camino.

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