Análisis de Dynasty Warriors 9: Empires – Estrategia pocha para un musou recalentado

Li Xiang empezó como una oficial sin afiliación. Vagando por China, esta mujer de dos metros, rubia y de ojos grises, podía engañar por su aspecto, pero no por su nombre – era todo un ejemplo de lo que debía ser un soldado de la antigua China. Leal. Poderosa. Terrible y misericordiosa a partes iguales. Eso hizo que el primer ministro Tao Qian la tomara bajo su mando. Li Xiang conquistó para él numerosos territorios. Derrotó a terribles señores de la guerra rivales, como Lu Bu, y consiguió evitar los intentos de invasión de Cao Cao incluso antes de que Liu Bei pudiera mover un dedo, ofreciéndole a ella el territorio de Xu. Numerosos hombres se enamoraron de ella por su belleza y su fuerza, incluido el mismo Tao Qian, pero Li Xiang los rechazó a todos. Ella solo servía para un propósito mayor: unificar China bajo una misma bandera.

Para quienes tengan conocimiento de la historia de la China antigua o hayan leído El romance de los tres reinos, el párrafo anterior será más confuso que para quienes no. Si bien las situaciones suenan familiares y los nombres son conocidos, algo no encaja: no hay ninguna Li Xiang en los anales de la China antigua. Y eso no es porque haya sido borrada de la historia por algún oscuro motivo, sino porque lo anterior es un fanfic. Es (parte de) mi partida de Dynasty Warriors 9: Empires.

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