Análisis de Project Zero: Mask Of The Lunar Eclipse

Como muchos de vosotros sabréis ya a estas alturas, la dinámica habitual de mis textos suele contener un párrafo introductorio que combina temas de interés más o menos tangencial con el videojuego objeto de la crítica en cuestión. De hecho, o mucho me equivoco o juraría que ya he escrito alguna que otra introducción bastante similar a esta, con lo que estas últimas líneas bien podrían entrar en el terreno del meta-meta-análisis. Pero todas esas diatribas van a quedar relegadas a un segundo puesto, ya que hoy nos saltaremos la dinámica a la que estamos acostumbrados. Para abrir fuego hablando de Project Zero 4: Mask Of The Lunar Eclipse no nos hace falta echar las redes a los procelosos mares de la inventiva: con echar un rápido vistazo a su complicada existencia es mucho más que suficiente.

Publicado en 2008 para Nintendo Wii, ya desde sus inicios fue un desarrollo complejo. Si bien incluyó a creadores tan influyentes como Goichi Suda en las labores de co-dirección y escritura y producción, lo cierto es que en el desarrollo de Project Zero 4 participaron tanto la Grasshopper Manufacture de Suda como Tecmo y la propia Nintendo en labores más o menos estancas y diferenciadas. Por si todo esto fuera poco, y a diferencia de las tres entregas anteriores y, atención, su secuela, Project Zero 4 jamás vio la luz fuera de tierras niponas a excepción de esfuerzos no oficiales que requerían de unas filigranas que no estamos dispuestos a reproducir aquí. Esta es la versión resumida; la versión larga incluye, según fuentes no contrastadas, guiones viajando a la basura vía alta velocidad, reescrituras de memoria, Suda sudando de participar… precioso todo.

Pero tras quince años en el limbo de los juegos perdidos, Project Zero 4 pasa de estar restringido a Wii para ver la luz en todas las plataformas de la actualidad, para regocijo y alegría de todos los amantes del survival horror y desgracia de las protagonistas, quienes tendrán que volver a enfrentarse a un entorno lleno de enigmas, fantasmas y sustos por doquier.

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