La saga Resident Evil, pese a sus coqueteos con la acción, nos ha presentado algunos de los escenarios más icónicos dentro del género del terror en nuestro medio. Son edificios que nos ponen los pelos de punta solo con pensar en ellos; no en vano Kant y los románticos hablaban del horror en términos no muy distintos a lo sublime debido a su capacidad de «esquivar nuestros pensamientos racionales y apelar directamente a nuestra naturaleza interior;»(1a) saber que los zombis no pueden dar el salto del monitor a nuestra habitación no impide que nos sintamos amenazados y en tensión.
¿Qué cualidades tienen los espacios de Resident Evil para ser capaces de producir dichas emociones?¿Cuáles son las referencias que está manejando, tanto de otros edificios como de la ficción? Y, en último término, ¿qué es lo que realmente estamos salvando al limpiar estos lugares de zombis y otras criaturas?
Para saber cómo trabaja con el espacio la franquicia de Capcom hemos repasado sus influencias arquitectónicas, tanto las ideas que subyacen en su diseño como aspectos más formales. Una de las principales fuentes de información ha sido el libro «Horror in Architecture» de Joshua Comaroff y On Ker-Shin(1), aunque también hemos repasado artículos sobre los espacios de la saga y entrevistas con algunos de los principales responsables de su creación. Al final del artículo encontraréis la bibliografía completa.