Cada año se lanzan al mercado cientos – cuando no miles – de videojuegos, y aunque nos encantaría probarlos todos puntualmente para poder explicaros nuestras impresiones, qué nos han parecido y si merecen la pena o no, esto resulta materialmente imposible. Y es un problema: muchas veces hay auténticas joyas que pasan por debajo del radar, que descubrimos semanas o meses después o, simplemente, de las cuales no tenemos tiempo para escribir sobre ellas. No sería justo, en cualquier caso, terminar el año sin intentar darles algo de visibilidad.